miércoles, 7 de mayo de 2008

FRAGMENTOS DE AFRICA


Vuelvo a Europa vía Francia y me voy otra vez de Paris. Dejo esta ciudad ambigua y su luz que me deja siempre a boquiabierta. Una ciudad donde yo me lleno y vacío de contradicciones. La lucha entre el consumismo y la realidad de una vida verdadera, real, con todo su bueno y su malo.

Un paisaje planchado aparece a mi alrededor; planchado y plisado por la mano del hombre. Muchas veces embrutecido, pero lleno de verde brillante con las nubes bajas y excesivas que dejan entrever un cielo diáfano y claro, ya se presiente el orden que se irá acentuando con el viaje. Oigo sólo el murmullo sordo del tren que corre como loco y un hombre que no para de hablar. El horizonte aparece límpido sin simulacros de mirajes y mi ojo se desplaza calmo porque todo está en su sitio, casi reglamentado. El sol no martiriza la piel y la vista, mientras el frío me aprieta las manos no obstante la primavera avanzada.

La increíble suerte de haber conocido un país igualmente excesivo y lleno de contradicciones.

La Vida se ha quedado ahí en la puerta del aeropuerto de Ouaga, con sonrisa decididamente irónica, burlándose ya no de mis preguntas, que se han acabado, pero sí de mis afirmaciones. Yo he tenido suerte, la suerte que me otorgó el destino asignándome el sitio donde nací.

Ahí en Burkina queda un montón de personas que me ofrecieron su sonrisa porque mucho más no tenían.

Gana el que no tiene nada porque tampoco tiene nada que perder.

Impacta el mundo de primera línea a la vuelta de África. Resulta un tanto ridículo, como un invento continuo para salir del aburrimiento, para tratar de dar un sentido a lo que tiene sentido pero como es tan evidente y simple no parece conformar a nadie. Terminamos trabajando para poder pagar todos estos sin sentidos que perseguimos con aún menos sentido. Las cosas fundamentales se pierden en nuestra carrera sin darnos cuenta que son cosas por las cuales no hay que pagar, son gratis y tan sólo depende de nuestro saber, de nuestros sentimientos. Crece la estupidez paralela al desengaño y a la soledad en pro de lo alternativo moderno y la lucha para cualquier poder. Nos volvemos cada día más áridos, con sentimientos encolados con saliva cuando no con moco. Puede que sea la naturaleza humana o la condición que nos ha llevado las teorías económicas, las últimas nos han condenado a producir para seguir produciendo.

El futuro de África, representado por sus niños y sus miradas atentas o asombradas frente a lo distinto, o simplemente, con la sonrisa franca de todo niño. Un futuro por ahora plagado de múltiples barreras.

2 comentarios:

Maria Daniela Salgado dijo...

Excelnte Bloge que ya he añadido a mis favoritos.

Mariano dijo...

Tremendo... la verdad, que esas fotos te dejan con la boca abierta...
Muy buen blog! Muy buenas fotografias.

Mariano Mendoza.
Fotografía publicitaría