jueves, 21 de febrero de 2008

MUJERES AL BORDE DE UN AFRICA OLVIDADA


No tengo idea del numero de habitantes de Burkina, pero la impresión que están todos en la calle es grande. Una mezcla de sonidos continuos invaden mi cabeza en todo momento, sonido y movimiento, aquí el color esta velado por el polvo.
Tengo un continuo ataque de emociones y mosquitos.

Hago dos dias de turista en Ouagadougou y seguiré siendo turista pues mi condición de piel clara me delata.
La Vida, sonrisa infalible, me despierta: - Allez-y, nos vamos a Bobo.

Estoy en la película o viéndola ¿?

África rural: las costumbres cambian, el reloj mueve las agujas cuando se le da la gana y las horas van y vienen como un elástico. Personajes totalmente diferentes a lo habitual aparecen y desaparecen.

Las mujeres en transito continuo de un trabajo a otro: mujeres solas, mujeres con el niño encolado a la espalda, mujeres de todas las edades. Manos de mujeres que transforman las nueces en “beurre de karite” de forma artesanal. Manos de mujeres que hacen de todo.

El entorno se esfuma en un todo ocre rosado, aquí la nota esta en las mujeres con sus vestidos de mil colores y su sonrisa tímida y dulce.

domingo, 17 de febrero de 2008

LENTEJAS A LA AFRICANA


Di un paso de gigante y me vine a África. El fotógrafo me compró un billete electrónico con ventanilla incluida y visión panorámica de la grandiosa ala del dinosaurio Airbus. Mi vena poética quedó frustrada y el sol se zambulló en un orgiástico ocaso de colchón de nubes negras, partido en dos por la dichosa ala.

Me despierto por la mañana y abro la puerta sobre la calle y me topo con la Vida que me estaba esperando con sonrisa indescifrable, así entera sin velos ni mascaras, pura y dura como es la verdadera vida.

Me mira y dice: -Yo soy así como la Vida misma, soy como las lentejas, o las comes o las dejas-

El mundo está lleno de graduatorias, para arriba y para abajo y todas me resultan odiosas. No hace falta informarse para entender en que sitio de la lista me encuentro, con mirar alrededor alcanza.

Vuelvo la cabeza para ver la vida con su sonrisa indescifrable, mezclarse en una marea de gente, diluirse en esta luz horrible para el fotógrafo, intensa y velada por la tierra roja en eterna suspensión.

Me gustan las lentejas y tengo una curiosidad con apetito voraz. Además he decidido hacerme crecer una tercera oreja.

Burkina Faso como las lentejas o las comes o las dejas.

domingo, 10 de febrero de 2008

PARIS A LA PROCHAINE


Me he ido de Paris porque a veces es la vida la que manda y las imposiciones económicas en el mercado inmobiliario para los extranjeros, aunque seamos “Doc” de la Europa comunitaria. Gana el que paga y calla.

En la ultima etapa de mudanza, paso un fin de semana, con fines de adaptación, en casa de fieles amigos alemanes que me estrujan un rato mientras yo cambio el chip idioma con poco éxito y un resultado trágico cómico. Tres gatos serán mis compañeros de habitación; uno, magnifico Maine coon, sobre la cama ejerciendo de “boss” y la verdad es que le sale tan bien que poco falta que tenga que pedirle permiso para todo; pero ejerce con cara de gandul.

En la etapa de “translation” empaqueto un sinfín de cosas convencionales sonando con el bagaje ideal.

De Paris me llevaría: - su increíble luz, cuando el sol juega con los detalles mas tontos dando alma a todo - unas “barbies” estilo “fairy tale” de etéreas alas color violeta que descubrí en una tienda dedicada a lo exotérico; no se que significaban pero parecían la sucursal de “Nunca jamás” y punto de reunión de todas las Campanitas de Peter Pan. – la red para atrapar los ratos de felicidad y un cofrecito donde guardarlos – y “une baguette bien dorée” porque pedir “bien cuit” es una falta de “savoir-faire”.

Que decir de Paris? La he vivido como he podido y también como he querido.