domingo, 10 de febrero de 2008

PARIS A LA PROCHAINE


Me he ido de Paris porque a veces es la vida la que manda y las imposiciones económicas en el mercado inmobiliario para los extranjeros, aunque seamos “Doc” de la Europa comunitaria. Gana el que paga y calla.

En la ultima etapa de mudanza, paso un fin de semana, con fines de adaptación, en casa de fieles amigos alemanes que me estrujan un rato mientras yo cambio el chip idioma con poco éxito y un resultado trágico cómico. Tres gatos serán mis compañeros de habitación; uno, magnifico Maine coon, sobre la cama ejerciendo de “boss” y la verdad es que le sale tan bien que poco falta que tenga que pedirle permiso para todo; pero ejerce con cara de gandul.

En la etapa de “translation” empaqueto un sinfín de cosas convencionales sonando con el bagaje ideal.

De Paris me llevaría: - su increíble luz, cuando el sol juega con los detalles mas tontos dando alma a todo - unas “barbies” estilo “fairy tale” de etéreas alas color violeta que descubrí en una tienda dedicada a lo exotérico; no se que significaban pero parecían la sucursal de “Nunca jamás” y punto de reunión de todas las Campanitas de Peter Pan. – la red para atrapar los ratos de felicidad y un cofrecito donde guardarlos – y “une baguette bien dorée” porque pedir “bien cuit” es una falta de “savoir-faire”.

Que decir de Paris? La he vivido como he podido y también como he querido.

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