sábado, 6 de octubre de 2007

BIBLIOTECA


Detesto bastante todos los espacios repletos de gente, en fin que lo del baño de masas no me atrae posiblemente por falta suficiente de estatura, termino siempre con los pies zapateados por alguien más alto. Pero hay espacios enormes y públicos que en raras ocasiones están a tope. En la explanada enfrente al CENTRO POMPIDOU hasta me gusta sentarme en el suelo y seguir el ritual común de comer el bocadillo (en mi caso preparado en casa) mientras algún “freelance” canta o toca un instrumento. Dentro lo “cool” de estar ahí sentada comiendo, está la libertad de haber preparado el bocadillo en oposición a los precios absurdos de esta ciudad y a un consumismo que lleva a desperdiciar demasiado tiempo en bares. Como, oigo música y navego con la hora y media que me regala la señal del Centro y ayudo a componer una trama de signos repetitivos.

No conozco muchas bibliotecas, pero esta me chifla, me gusta el edificio, su particular arquitectura, me gustan las salas inmensas casi siempre llenas y sus usuarios, porque aquí hay de todo, quien viene a estudiar, a informarse, a pasar el tiempo a cubierto porque vive a cielo abierto.

Confieso que por un despiste y malentendido total me han cortado la luz, pero el procedimiento burocrático no hay quien lo pare y aunque me muera por pagar, tendré que vivir con velas por cinco días. Siempre hay un momento que se termina yendo a unos grandes almacenes suecos por alguna emergencia de un mueble necesario a precio contenido y se termina en casa con la bolsa de las dichosas velas. Candelabros de 2000 brazos están salvando las noches, pero termino en la cama a las 22 horas como muy tarde.

Paris se vive como uno quiere, Paris se vive como uno puede.

No hay comentarios: