domingo, 15 de marzo de 2009

CHAFARDEAR A LO NOUVEL


Apliqué hace unos años el desalojo a la TV y fue tan drástico que no ha vuelto a suplicar cobijo ni ha presentado instancia por improcedente. A veces me encuentro algún aparato en casa ajena, por lo general de nueva generación plana e inversamente proporcional al tamaño de la vivienda; megalomanía de tecnología actual que no me provoca ninguna nostalgia. Observo los “reality shows” que hay alrededor mío y saco mis propias conclusiones de cómo se mueve la sociedad intentando no quedar atrapada en la manipulación de los medios ni en el discurso del momento.

Últimamente para muchos discursos Internet tiene la culpa de todo o casi, pero los que hablan ni saben cómo se pone en marcha un ordenador o su uso se limita a las cuatro teclas que les han enseñado en el trabajo y prefieren la cultura del repetir a la del pensar.


De la Fondation Cartier se ha dicho todo lo que se tenía que decir y más; puede que todo se haya inventado en este mundo y lo nuevo sea una versión diferente de lo antiguo, pero la visión personal de Jean Nouvel recrea para mi, en el muro de vidrio de la línea municipal, el Gran Hermano del boulevard Raspail donde cada uno puede chafardear en sus pantallas con la propia imaginación mientras el edificio y su jardín se mantienen atrás ajenos a todo lo nuestro, incontaminados.

Se invierte el papel en otro edificio cercano convirtiendo a él en chafardero detrás de su pantalla y nosotros objeto de su curiosidad.