viernes, 21 de marzo de 2008

DECORADO NATURAL


Una secuencia de movimientos repetitivos rige en los poblados a lo largo del día; es la cadencia del quehacer cotidiano donde la máquina es el ser humano.

Una sucesión de brazos que muelen el cereal en el mortero y giran el cucharón para remover la comida. Manos que construyen cosas, cuerpos que caminan ondulantes cargando un peso excesivo sobre la cabeza. Pies que bombean en el pozo el agua que se esconde a 40 m. de profundidad. Pies que caminan descalzos o poco calzados.

Miro alrededor mío y me dejo llevar por lo que quieren los ojos. Los planos, los volúmenes, las tramas, el sol que lo quema todo, que ofusca la visión y entorpece el entendimiento.

Manos, brazos, pies, en contacto con un escenario natural, con una tierra seca pero voluptuosa que deja su marca en la piel.


El “Harmattan” sopla y a pocos metros se forma un ”tourbillon” que rápido se eleva varios metros y se mueve acelerado, violento, para desaparecer en segundos. Vuelve aparecer cambiando de sitio pero con el mismo proceso. Yo me asusto, una cabra también.

Los demás se limitan a filosofar un tranquilo. “ ça, c’est pas bon”.

Entre los ancianos del poblado, la Vida impertérrita se entretiene a preparar té de forma poco convencional

domingo, 16 de marzo de 2008

VUELTA A LA ESCUELA


Me voy a un “village” donde 60 niños hacen escuela debajo de un”paillote” y comida debajo de los árboles a base de mijo y alubias. Sesenta niños formando una sola aula y con un solo maestro. Sesenta pares de ojos que siguen todos mis movimientos cuando me acerco para escuchar la clase.

El camino hacia la libertad a través de la cultura; aquí el camino está plagado de precariedad por la falta de medios y por lo tanto la enseñanza se ha quedado estática en un método antiguo.

No hay dibujos, no hay carteles porque no hay material ni tampoco paredes donde colgarlos.

Hoy yo soy la novedad y en el momento de pausa intento jugar con estos niños que tienen su mirada clavada en mi. Me saco de la manga “Frère Jacque” y en breve 60 voces tararean una canción jamás oída siguiendo el ritmo de mis palmadas.

La música es el mejor medio de comunicación y cada persona en Burkina es un potencial músico y bailarín.

La Vida, mezclada entre los niños, canta con ellos.

lunes, 10 de marzo de 2008

CONVITE REAL


Me despierta bien temprano el llamado a la oración de la mezquita cercana, lo escucho desde mi fantástico espacio creado por la mosquitera baldaquín color lila, metida en el espacio tonto de una normal habitación estilo caja de zapatos. Este sonido en un idioma extraño, parece invitarme a no desperdiciar el día.

La Vida, al pié de la cama se sacude el polvo rojo que se deposita eternamente en todos lados. Me lleva a la fiesta del rey de un “village” que muy gentilmente nos había invitado hace unos dias y además regalado tres pollos que aún cantaban, creando crisis a los acostumbrados a las bandejitas de supermercado listas para la olla. Como el protocolo es muy extenso en esa ocasión terminamos comiendo los pollos con el rey en un patio mientras la Vida se instaló entre tres buitres a un par de metros y con sonrisa divertida me miró durante la comida; los buitres también.

El rey soberbio con su vestido de gala. La fiesta un continuo movimiento de cuerpos que bailan y producen música con instrumentos insólitos. Una rueda de bicicleta sirve para aumentar el movimiento de la escena y dar prueba del propio talento. Movimiento en las caderas de las mujeres que se lanzan al baile, las más ancianas parecen provistas de energía inagotable.

Termino yo también bailando, rodeada de risas, colores y manos que me festejan.